Antonio Martínez Sarrión (Albacete, 1939), uno de los nueve novísimos de la clásica antología de Castellet, ha expresado en sus versos la fascinación por los mitos del cine y el jazz.
LUZ DE LÁMPARA
sur le vide papier que la blancheur défend.
S. M.
Esta necesidad de trazar coordenadas
en primera persona del singular presente:
no distancia, no tecla
lista para la fuga per canonem: grilletes.
Y la ilusión-dejadme
de desaparecer
labrando un tenue rastro en la tierra baldía
–camino de babosa para ser más exactos–
que por lo mismo pierde desolación. Oído
finísimo: Un batir de alas
y he ahí ya el milagro: los sentidos
si incompletos, bastantes. Ya construir es fácil
o mentir:
la adusta proporción de la cuartilla en blanco,
su centro por completo inaccesible: puñados de papel
en la cinta sin fin del deterioro. Túmulo
del lenguaje, pajaritas
de tinta piadoras en los tubos del órgano,
sindetikón que mutila la página. Porque ya está resuelto
el gran enigma: no hay cuerpo de memoria
que acompañe al monarca a la imperiosa tumba
y conectar la música no empañó en absoluto
el odioso esplendor de los bustos reales
agrupados sin orden en las logias sin tiempo.
Una tromba mortal para los balleneros, 1975.
OTRA POÉTICA IMPROBABLE
Ni arma cargada de futuro,
ni con tal lastre de pasado
que suponga sacarse de la manga
una estólida tienda de abalorios
con la oculta intención de levantar efebos.
La poesía es fábrica de castigados muros
con alto tragaluz que sólo el azar filtra
la más perecedera luz del sueño.
De acedía, 1986.