Carmen González Huguet

Carrusel, de César Menéndez

La poesía de Carmen González Huguet (El Salvador, 1958) gira en torno a la memoria histórica, la identidad femenina, el goce y el dolor de amar… Su dominio de las formas tradicionales se manifiesta sobre todo en la perfección y rotundidad de sus sonetos.

¿POR QUÉ, PARA QUE LA OBRA SEA DIVINA…?

Según siente Celesti-
Libro, en mi opinión, divi-
Si encubriera más lo huma-.

Miguel de Cervantes

¿Por qué, para que la obra sea divina,
Tendría que encubrirnos más lo humano?
No rechaza al invierno ni al verano
La tierra, ni la flor a cada espina.

Con ancha libertad y disciplina
El arte forja su esplendor ufano
Y el fruto escancia su sabor lozano
A salvo de la envidia y de su inquina.

Tartufo, de tu hueste vengadora
Sálvanse el coño, el culo y cada teta,
Toda la fauna exótica y la flora

De la corte de Venus, la saeta
Feroz que no da tregua ni la implora
A criaturas vivas del planeta.

2006. Publicado en El invisible anillo, 2006.


Marqués de Santillana

San Jorge dando muerte al dragón, de Bernardo Martorell

Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana (1398-1458) es una de las principales figuras del Prerrenacimiento español. En los Sonetos fechos al itálico modo intentó aclimatar el verso italiano de once sílabas a la métrica española, labor en la que le superaron Boscán y Garcilaso ya en el siglo XVI.

FEDRA DIO REGLA Y MANDA QUE EN AMOR…

SONETO VII

Fedra dio regla y manda que en amor,
cuando la lengua no se halle osada
a demostrar la pena o el dolor
que en el ánimo afflicto es enplentada,

la pluma escriva e muestre el ardor
que diluye la mente fatigada;
pues osa, mano mía, y sin temor
te faz ser vista fiel enamorada;

y no te pienses que tanta belleza
y sincera claror casi divina
contenga en sí la feroçe crueza,

nin la nefanda soberbia maligna;
pues vaya lejos inútil pereza
y no se tema de imagen benigna.

Sonetos fechos al itálico modo, 1438-1458.


Manuel González Prada

Momentos de ocio, de Daniel Hernández

El peruano Manuel González Prada (Lima, 1844-1918) contribuyó a la renovación modernista mediante la experimentación rítmica: introdujo modelos de versificación novedosos como el metro alkmánico del poema «Ritmo soñado».

RITMO SOÑADO

(Reproducción bárbara del metro alkmánico.)

Sueño con ritmos domados al yugo del rígido acento,
libres del rudo carcán de la rima.

Ritmos sedosos que efloren la idea, cual plumas de un cisne
rozan el agua tranquila de un lago.

Ritmos que arrullen con fuentes y ríos, y en el Sol de apoteosis
vuelen con alas de nube y alondra.

Ritmos que encierren dulzor de pañales, susurro de abejas,
juego de auroras y nieve de ocasos.

Ritmos que en griego crisol atesoren sonrojos de virgen,
leche de lirios y sangre de rosas.

Ritmos, oh Amada, que envuelvan tu pecho, cual lianas tupidas
cubren de verdes cadenas al árbol.

Minúsculas, 1901.


Gerard Vergés

La loba, de José Luis Pascual

La poesía del tarraconense Gerard Vergés (1931-2014) gira en torno a tres ejes temáticos: el hombre, el paisaje y el tiempo. El tono elegíaco y la ironía son otras de sus constantes.

ARTE POÉTICA

A R. M., que me ha enviado sus versos

Si al escribir, amigo, eres tan vano
que piensas que la rima y la medida
esconden el secreto, cal y espinas
te esperarán en el trovar cerrado.

Palabra oscura y pensamiento vago
tu sepultura cavarán, sin duda.
El verso en sí no es literatura.
La retórica, amigo, es solo fango.

Sé cierto que más fácil que escribir
es dar consejos. Pese a los poetas
malos, bella es la luz que cruza abril.

Como Abraham, hay que tener coraje
y matar, sin piedad, a nuestros hijos.
Y salvar, de entre mil, sólo una imagen.

Lirio entre cardos, 1988. Traducción de Ramón García Mateos.


Laura Campmany

Fotografías de un diario, de Óscar Molina

En la poesía de Laura Campmany (Madrid, 1962) hay una lograda simbiosis entre literatura y vida, además de un notable dominio de la forma.

SONETO

En un soneto cabe cualquier cosa:
la tarde del revés, la golondrina
que asoló con sus alas mi oficina,
y el humo, convertido en mariposa.

Le cabe la certeza luminosa
del rayo que ni cesa ni fulmina.
Le cabe la soberbia gongorina
que urdió en la noche el nombre de la rosa.

Si abarcará universos literales,
campos, espigas, lunas, mares, montes,
que, por caber, le caben catedrales
y lirios que resumen horizontes.

¿Y dices que no cabe el amor nuestro?
Si me das un papel, te lo demuestro.

Del amor o del agua, 1993.