Víctor Gaviria

David, de Miguel Ángel Rojas

El cineasta colombiano Víctor Gaviria (1955) es también un inspirado poeta. En sus versos, coloquiales y fraternos, asoma “el desorden de las cosas que acumulan los años”.

DEBERÍA ESCRIBIR MIS POEMAS PARA LOS QUE VIENEN…

Debería escribir mis poemas para los que vienen
después, para que ellos vean mis huellas
inscritas en el humo de la neblina, si así
puede decirse del pensamiento que toca
la cabeza de una persona.
Pero mis poemas me dan sustos en el día, me
sobresaltan como dudas olvidadas que prometí pagar.
Me abordan en cualquier cruce como una manada
de fantasmas chiquillos,
con las caras sin hacer todavía.
Son una masa confusa de niños muertos,
sus ojos, sus matas de pelo,
sus bellas manos delicadas que tienden hacia mí
para llevarme y mostrarme algún lugar.
Sólo que ellos han crecido solos
y el aire ha descompuesto sus cuerpos.
Soy un padre indeciso,
un padre con hijos tenues como el humo,
como fantasmas de una sola mano pequeña
que quiere saludarme.
Levanto mi sombrero para responderles,
y mi cabeza se deslíe como una frase de tinta…

El rey de los espantos , 1992.


Joan Margarit

Bodegón, de Alberto Corazón

El leridano Joan Margarit (1938) cultiva una poesía realista, con una fuerte carga autobiográfica y moral. La poesía, con su registro de afectos, recuerdos, momentos vividos, músicas y lecturas, se convierte para el poeta en lugar preferente para encontrarse a sí mismo.

POÉTICA

A Joan Grimalt

Al ir tras la belleza estarás solo:
Si la encuentras, se desvanece y deja
polvo de mariposa entre los dedos.
Perseguirás de nuevo el resplandor
que sabes dentro de ti, como el relámpago
que muestra fugazmente,
hasta el lejano horizonte, la realidad.

Edad roja, 1990. Traducción de Antonio Jiménez Millán.


Samuel Feijóo

El festín, de Samuel Feijóo

En la poesía de Samuel Feijóo (1914-1992), poeta vinculado al grupo Orígenes, adquiere gran protagonismo el paisaje cubano, la atmósfera peculiar de sus campos; también, las inquietudes metafísicas o religiosas.

SI MI VOZ…

Si mi voz no es una llama muy alta,
erguida a lamer el viento final, junto a las estrellas, más allá…
no hallaré su música.
Se perderá como el rumor de una ola, lejana del viento en los oídos.
Tengo que poner mi nombre donde alumbre, ¿y cómo?
Tengo que ocultarme detrás de un árbol.
Tengo que ser y saberlo.
Por mis ojos ve la vida algo más que naranjos,
algo más que la tierra nocturna.

Camarada celeste, 1940.


Eugène Guillevic

Flores, de Paul Aizpiri

Para el francés Eugène Guillevic (1907-1997), el poeta es “aquel que tiene el poder de hacer con la lengua de su país ciertas combinaciones de las que los otros hombres tienen necesidad, para reconocerse, para reconocer el mundo, para vivir”. Su poesía es concisa y sugestiva.

QUISIERAS…

Quisieras
avanzar en tu poema
como un arroyo

sinuoso, apresurado

y tiemblas por volverte
como un estanque

donde quizá, estático,
no te reconocieras.

Arte poética, 1989. Traducción de Maliyel Beverido.


María Fernanda Espinosa

Ángeles de poesía, de Santiago Carbonell

En la obra de María Fernanda Espinosa (Ecuador, 1964) predominan los poemas breves, de versos cortos, con una gran fuerza expresiva. La ironía, el cuidado del ritmo y la exploración en la memoria son otras de sus características.

POÉTICA

Lo temporal está en nosotros
como en las ranas su metamorfosis.

Atados a la escritura
para no morir
nos enlazamos verbales
jungláseos
lianas buscando el eco.

Así el pasado permanece
empoemado.

Loba triste, 2000.