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Alberto Barrera

De la Serie Hojas caídas, de Paúl Parrella

El venezolano Alberto Barrera (1960) formó parte del grupo poético Guaire, que pretendió rescatar un tipo de poesía conversacional, en torno a lo cotidiano y con tono político.

COMPLEJIDAD DE LA POESÍA POLÍTICA

Los poetas imperiales
siempre fueron dóciles y simples.
Cantaron a muchachas prudentes,
vírgenes ocupadas en huir de las moscas.

También es verdad que vivieron mejor.
Conocieron cuerpos maravillosos,
comieron salmón y frutas egipcias.

Algunos encontraron la muerte
a los noventa años.

Coyote de ventanas, 1993.


Ana María Fagundo

Soledad al desnudo, de Aurora Bravo

Para la poeta canaria Ana María Fagundo (1938-2010), la poesía se concibe como un medio de indagación en el misterio del ser. Sus versos son una afirmación de la permanencia de la vida y la rotunda presencia y participación de la mujer en ella.

MI POESÍA

Es como si la rosa
pétalo a pétalo
fuera desnudando su fragante tersura
y se quedara limpia
e infinita en la soledad.
O cual si a jirones como gritos
de contenido silencio,
se me fuera desarropando lo más íntimo
en una dolorosa entrega.
Así es
ese yo inmensurable del poema
que me surca lo más hondo
que me cierne
me estremece y crucifica.

Brotes, 1965.


José Coronel Urtecho

Sin título, de Rodrigo Peñalba

José Coronel Urtecho (1906-1994) es una de las más importantes voces de la poesía nicaragüense del siglo XX. Sus poemas son un recorrido por las fases más variadas de la poesía contemporánea: divertimentos vanguardistas, poesía popular, clasicismo, buceos en el subconsciente…

OBRA MAESTRA

O

¡cuánto me ha costado hacer esto!

1928. Pol-la D’Ananta Katanta Paranta, 1970.


Eugenio de Nora

Anochecer, de Agustín Redondela

El leonés Eugenio de Nora (1923), uno de los cofundadores, en 1944, de la revista Espadaña, cultivó una poesía dramática, desgarrada, expresión de inquietudes existenciales y sociales. Sus versos giran en torno al amor, la muerte, la historia, la política y el deseo de trascender la dura condición humana.

OTRA VOZ

Durante tiempo y tiempo,
mirando a las estrellas, entre dulces muchachas,
flores azules, pájaros de colores,
y otras circunstancias así de tiernas y conmovedoras,
el poeta fue como un erguido girasol celeste,
deslumbrado en el vivo resplandor
de la lejana e impasible belleza.

Durante días y noches
tendió siempre a lo alto, clamó hacia lo imposible,
y se arrancó jirones de aquel manto divino,
cuidó bien esconderlos, como en un cofre repujado y hermético,
inviolables a fuerzas de espadas,
en artísticas rimas, en símbolos e imágenes
inaccesibles a la profanación bestial de las sedientas multitudes.

Mientras crujía espeso el huracán,
o caía, caía con suavidad la hermosa nieve,
tras los tibios cristales el poeta buscó algo que adecuar a su alma;
o en los atardeceres calurosos, de invencible pereza,
entonces, cuando los segadores encallecen las manos frente al trigo,
soñó quizás en los ojos oscuros
de mujeres que existen en islas del Océano.

Sí. Ciego, cruel, extático, su infantil mano puede
que alguna piedra avara y mágica, arrancara
de la profunda mina, algún tesoro inviolado.
¡Ciego! Sin oír, sin ver la Tierra,
poblada, sudorosa de hombres que ríen o sufren,
de tremendas criaturas amorosas o hambrientas,
injustas, criminales, o fracasadas, solas.

…Durante mucho tiempo. Hasta que un día,
la desnuda presencia de la muerte, de pronto,
abrió sus ojos.
¡Oh muerte bienhechora,
certidumbre única, luz bella y verdadera entre sueños que huyen!
¿Qué sería la vida si tu vino precioso
no infundiera valor, no le diera
rigidez de ya eterno
a cada fugitivo instante? ¡No, ya nunca,
nunca más, aterido por el claro lunar,
por el gentil atardecer o el majestuoso firmamento,
olvidará el poeta, rechazará a sus vivos y a sus muertos!

Abrió los ojos y vio al mundo terrible
de los hombres de carne, sólo eso:
dolor frente a la muerta.

Puesto que vano, vano, fútil y sin destino
es todo lo que fuera del hombre sucede, aunque la sombra
arrincone en lo anónimo tantas vidas oscuras:
¡Oh poeta, esclarece el Destino!
Húndete, arraiga hondo,
con los ojos abiertos, con el alma fundida
en la sangre, el anhelo, y la voz de los hombres.
Con la voz de los muertos,
y de todos aquellos que en silencio agonizan,
y de cuantos por siglos morirán sin hablar.

Cantos al destino, 1945.


Mercedes Roffé

Camino infinito, de Mariana Semino

El diálogo con otros poetas, el cuestionamiento de los tópicos tradicionales y la exploración de las posibilidades del lenguaje literario son algunas de las características de la obra de la argentina Mercedes Roffé (1954).

VISIÓN PRISMÁTICA…

Visión prismática, dividida, dispersa. Un no sostenerse en el lugar sino rodearlo y rodear el vacío que se deja.

Observación: un mantener viva la llama de una pura fe sin credo ni culto ni Reliquia. Un mantenerse viva en la fe –un vacío.

Asíndeton. Aposición. La gramática como una anatomía. Teórica desnudez.

Memorial de agravios. O de las cosas que han pasado en esta tierra, 2002.