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Martín Adán

La mujer de los tres tigres, de Cota Carvallo

Martín Adán (Perú, 1908-1985) se inicia dentro de la poesía de vanguardia, y evoluciona hacia una lírica personal, metafísica, con un gran dominio formal. La maestría con que utiliza las formas métricas tradicionales contrasta con lo novedoso de su lenguaje poético.

POESÍA, MANO VACÍA…

Poesía, mano vacía…
Poesía, mano empuñada
Por furor para con su nada
Ante atroz tesoro del día…

Poesía, la casa umbría
La defuera de mi pisada…
Poesía la aún no hallada
Casa que asaz busco en la mía…

Poesía se está defuera:
Poesía es una quimera…
¡A la vez a la voz y al dios!…

Poesía, no dice nada:
Poesía se está, callada,
escuchando su propia voz.

Diario de poeta, 1975.


Francisco Pino

Azafatas, de Antonio Quirós

La poesía de Francisco Pino (Valladolid, 1910-2002) gira en torno al paisaje, Dios y la palabra poética, y se mueve entre el clasicismo y el experimentalismo, la claridad realista y el hermetismo más trascendente, la vivencia de la realidad y la investigación del lenguaje.

DESEAR HACER UN VERSO

Desear hacer un verso
qué iluso deseo es.
Mas para así, se desea
verle delgado en la página
vivir, como se desea
contemplar una raíz
viviendo bajo la tierra
o como contemplar cómo
se mueve un alga en el fondo
del mar. Tan sólo un estúpido
puede
desear hacer un verso.
Un verso, que no se hace,
que está hecho ya, que se mueve
desde hace ¿qué siglos? Dentro
de esta arcilla tan antigua,
de esta sangre que es de otros
idos
que ayer sintieron el verso
vivir como una raíz
o moverse como un alga
pero que no lo dijeron.
Porque el verso es la raíz
a la que la copa ignora
y de la que es fundamento,
o es alga que siente el mar
sin quererlo y le demuestra
que posee sentimiento;
algo que jamás se hace,
que lo entiende cual sustento
de sí mismo el corazón;
que lo siente restallando
largo, fino, ignoto el alma.
Desear hacer un verso
qué iluso deseo es
¡si es el que nos hace el verso!

Más cerca, 1965.


Dolores Castro

Nadadoras, de Juan Soriano

Para Dolores Castro (México, 1923), el poeta trata de ordenar, conformar y entender la realidad informe que es la vida. La literatura constituiría la «historia del hombre por dentro».

CÓMO ARDEN, ARDEN…

Cómo arden, arden
mientras van a morir empavesadas
las palabras.
Leñosas o verdes palabras.
Bajo su toca negra se enjaezan
con los mil tonos de la lumbre.
Y yo las lanzo a su destino;
en su rescoldo brillen.

Soles, 1978.


Lêdo Ivo

Para el brasileño Lêdo Ivo (1924-2012), la poesía es una invención de la palabra, una operación verbal destinada a ocultar la vida personal, generando una mitología particular que sustituye la verdad trivial de la existencia.

LA INFANCIA REDIMIDA

La alegría, yo la creo en este poema.

Aunque sea trágica e íntima de la muerte
La vida es un reino –la vida es nuestro reino
No obstante el terror, el éxtasis y el milagro.

¡Cómo te soñé, Poesía!, no como te soñaron…
Me escondo en el bosque del lenguaje, corro en galerías de espejos.
Estoy siempre al alcance de todo, lleno de orgullo
Porque el Ángel me sigue a cualquier parte.

Tengo un ritmo extenso además para alabarte, Poesía.
Mayor, sin embargo, era la orilla de la playa de mi ciudad
donde, de niño, inventé navíos antes de haberlos visto.
Mayor aún era el mar
Frente al cual todas las tardes yo recitaba poemas
Festejándolo con los ojos llenos de agua y a veces sonriendo de pasión,
Porque gran cosa es descubrir uno el mar, verlo existir en el mundo.

Oh, mar de mi infancia, más grande que el mar de Homero.
Juego a esconderme de Dios, tengo pacto con las hadas
Y con este aire de juglar mantengo querellas con la muerte.
Después de otro lado, hay siempre otro nuevo lado para conquistarse…
Por eso te amo, Poesía, a ti, que vienes a llamarme hacia las californias de la vida.
No es sino un sueño de infancia, un mar visto en palabras.

Cántico, 1949. Traducción de Jorge Lobillo.


José Lezama Lima

Dos hermanas, de Amelia Peláez

Poesía hermética, la del cubano José Lezama Lima (1912-1976), en la que, en palabras de Cintio Vitier, “la metáfora y la imagen tienen tanto de carnalidad y pulpa dentro del poema como de eficacia filosófica, mundo exterior o razón en sí”.

AH, QUE TÚ ESCAPES

Ah, que tú escapes en el instante
en el que ya habías alcanzado tu definición mejor.
Ah, mi amiga, que tú no quieras creer
las preguntas de esa estrella recién cortada,
que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.
Ah, si pudiera ser cierto que a la hora del baño,
cuando en una misma agua discursiva
se bañan el inmóvil paisaje y los animales más finos:
antílopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados,
parecen entre sueños, sin ansias levantar
los más extensos cabellos y el agua más recordada.
Ah, mi amiga, si en el puro mármol de los adioses
hubieras dejado la estatua que nos podía acompañar,
pues el viento, el viento gracioso,
se extiende como un gato para dejarse definir.

Enemigo rumor, 1941.