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Bertolt Brecht

Leñador, de Franz Marc

La poesía de Bertolt Brecht (1898-1956) pretende, como su teatro, sacudir la conciencia del lector, y así, participar de la lucha por la emancipación social de la humanidad.

MALOS TIEMPOS PARA LA POESÍA

¡Vaya si lo sé! Sólo el feliz
está bien considerado. Su voz
se oye con gusto. Bonita es su cara.

El árbol contrahecho en la granja
es señal de suelo malo, pero
los transeúntes lo deniegan por contrahecho.
Por cierto: con razón.

Los brotes verdes y las velas alegres del Sund
no los veo. De todo,
lo único que veo son las redes rotas de los pescadores.

¿Por qué hablo sólo
de la labradora de cuarenta años que va encorvada?
Los pechos de las muchachas
dan calor como antaño.

En mi corazón una rima,
me parecería casi como una petulancia.

En mí se combaten la exaltación por un manzano en flor
y el terror a la palabrería del pintor de brocha gorda.
Pero sólo lo segundo me empuja a la mesa de escribir.

1938. Traducción de Hans Leopold Davi.


Adolfo Sánchez Vázquez

Don Quijote en el Exilio, de Antonio Rodríguez Luna

Adolfo Sánchez Vázquez (Algeciras, 1915-2011), poeta y filósofo exiliado, radicado en México tras la Guerra Civil, sustenta su poesía en el compromiso político, la memoria histórica y la expresión de inquietudes existenciales.

MISERIA DE UNA POESÍA

Poesía enfermiza sin más huella
que la escoria que dejas en el alma;
sólo entre odios tu dolor se calma
y sólo con la vida es tu querella.

Al declarar la guerra a la ternura
ni una tierna sonrisa te detiene;
sólo veneno tu metal contiene,
sólo la podredumbre en ti perdura.

Te reconozco en ese recoveco
revuelto entre cenizas y gusanos
en este muladar de tu porfía.

Tu voz ya no es tu voz, sólo es un eco,
un rescoldo de fuegos inhumanos,
un cadáver que escribe todavía.

Sonetos del destierro, 1951-1952.


Pablo Neruda

Las amigas, de Hernán Larraín Peró

La vasta e influyente obra de Pablo Neruda (Chile, 1904-1973) abarca el posmodernismo neorromántico, la poesía surrealista, la poesía civil, el sencillismo… Lorca lo definió como un poeta “más cerca de la muerte que de la filosofía, más cerca del dolor que de la inteligencia, más cerca de la sangre que de la tinta”.

NO SÉ HACER EL CANTO DE LOS DÍAS…

No sé hacer el canto de los días
sin querer suelto el canto la alabanza de las noches
pasó el viento latigándome la espalda alegre saliendo de su huevo
descienden las estrellas a beber al océano
tuercen sus velas verdes grandes buques de brasa
para qué decir eso tan pequeño que escondes canta pequeño
los planetas dan vueltas como husos entusiastas giran
el corazón del mundo se repliega y se estira
con voluntad de columna y fría furia de plumas
oh los silencios campesinos claveteados de estrellas
recuerdo los ojos caían en ese pozo inverso
hacia donde ascendía la soledad de todos los ruidos espantados
el descuido de las bestias durmiendo sus duros lirios
preñé entonces la altura de mariposas negras mariposa medusa
aparecían estrépitos humedad nieblas
y vuelto a la pared escribí
oh noche huracán muerto resbala tu oscura lava
mis alegrías muerden tus tintas
mi alegre canto de hombre chupa tus duras mamas
mi corazón de hombre se trepa por tus alambres
exasperado contento mi corazón que danza
danza en los vientos que limpian tu color
bailador asombrado en las grandes mareas que hacen surgir el alba

Tentativa del hombre infinito, 1925.


María Elvira Lacaci

Muchacha de espaldas, de Carmen Laffón

La coruñesa María Elvira Lacaci (1928-1997) es una de las voces más auténticas de la poesía social de posguerra. Su profunda religiosidad la llevó a interesarse por los más débiles. Su lenguaje es sencillo, poco elaborado, como conviene a una poesía más preocupada por los valores humanos que los literarios.

LA PALABRA

Yo te quiero sencilla. Acaso pobre.
A veces,
vas a brotarme de organdí vestida (sin querer
me florece el lenguaje de otros seres).
Con amor te desnudo.
Quedas como mi carne.
Como mi corazón y sus latidos.

A menudo,
igual que los pequeños
ante una tienda de juguetería,
pego la cara
a las brillantes lunas
donde se venden las palabras bellas.
Las admiro.
A otros les sientan bien. Si me las colocara…
Las aparto al momento
porque a mí no me sientan.

Y de nuevo voy cogiendo brazados de palabras
entre la hierba fresca
y bajo el cielo.

Al este de la ciudad, 1963.


Mario Trejo

Desocupado, de Ricardo Carpani

La poesía de Mario Trejo (Argentina, 1926-2012) pretende ser concisa y clásica, en el sentido de decir con la menor cantidad de palabras posibles. Es poesía comprometida, pero no partidista.

ULTIMÁTUM A UN JOVEN POETA

Que el pan sea pan y mar el mar
Basta de conjeturas
Murciélagos lunares o roedores de orquídeas
Toda palabra tiene precio
Las palabras que atacan como rayos o víboras
Y también madre
Amigo
Y alcohol y cama y mesa
Y el hijo concebido a dulces empujones
Y los hongos que provocan destellos de amor
O resplandores de muerte
Y el poeta que cae bajo las balas
Como un sol que la noche acribilla

Que el pan sea pan y mar el mar
el agua eterna
Pero la sed eterna
Para poder decir al fin:
He hallado un pan junto al mar
Los buitres sobrevolaban mi amor
He mordido una orquídea

Los buitres disputaban un cuerpo querido
He guiado camiones y dormido en aserraderos
Los buitres devoraban a mi amada
Viajé de noche sobre la arena caliente
Invoqué los nombres secretos
Conjuré un maleficio
Contuve una catástrofe
Conduje un águila a su nido
He muerto con mis muertos y estoy vivo
Cuando llegué a la ciudad
Un loco vagaba por las calles
En su mirada había un cuchillo
Le di mi mano
Lo miré
Le hablé y mi voz duró entre los astros
Éramos sólo dos sobre la tierra
Pero éramos dos sobre la tierra

La soledad se hizo añicos
La poesía palabras

El uso de la palabra, 1979.