
El poeta estadounidense Billy Collins (1941) pretende valerse de los más sencillos detalles de la vida cotidiana para rebelarse contra la tradición literaria más grandilocuente.
INTRODUCCIÓN A LA POESÍA
Les pido que cojan un poema
y lo sostengan a la luz
como a una diapositiva a color
o que aprieten un oído contra su panal.
Digo: soltar un ratón en un poema
y observar cómo busca la salida,
o caminar al interior de la habitación del poema
y palpar las paredes en busca de un interruptor.
Quiero que hagan esquí acuático
sobre la superficie del poema
saludando al nombre del autor en la orilla.
Pero todo lo que quieren hacer
es atar el poema a una silla con una cuerda
y torturarle hasta sacarle una confesión.
Comienzan a golpearle con una manguera
para descubrir lo que realmente significa.
La manzana que asombró a París, 1988. Traducción de Julio Mas Alcaraz.



