Categoría: Literatura hispanoamericana

Ulalume González de León

Bienvenida, de Arnold Belkin

Para la mexicana Ulalume González de León (Uruguay, 1932-2009), que reunió su poesía completa con el título de Plagios, todo está dicho en poesía. Escribir es, por tanto, un juego de variaciones: hacer que los “viejos asuntos” y las “pronunciadas palabras” adquieren nueva significación.

VOCES

El viento y las palabras no escarmientan:
siempre desenterrando caracoles
donde estrenar el viejo asunto
A sí mismos se plagian

Juegos (1968-1969), en Plagio I, 1973.


Dolan Mor

Lektor, de René Francisco

La poesía de Dolan Mor (Cuba, 1968) está llena de humor inteligente, autoironía y guiños culturales al lector. Su versatilidad estilística se evidencia en el recurso al heterónimo.

ARTE POÉTICA

“No hables en tus poemas del ruiseñor
de Wilde, ni menciones amor, perfume, labio o rosa
–me dice en los manuales Ariel Rivadeneira–
y yo evito poner en cada verso escrito
un ala, algún jardín, la luna de Virgilio,
y hasta a veces me niego, sentado
en el alféizar, a mirar las heladas
del invierno en España, porque queman
las ramas de los árboles todos y la niebla
me invita a escribir con nostalgia
“y ese signo, nostalgia, –me dicen
los manuales– es señal del pasado,
y se debe escribir sin alma, con estilo,
igual que si torcieras el cuello
de una garza con desprecio en tus dedos”.

“Habla de cibernética y de física cuántica,
menciona blog, pantalla, correos
electrónicos” –me aconsejan los críticos–.
Y yo sumo las cifras o despejo ecuaciones,
digo leyes, neones, sistemas invisibles
que arman genios, científicos.
También menciono genes, vídeos,
ordenadores, y hay instantes, incluso,
que hablo sin meditar y construyo asonantes
al decir aeropuertos, submarinos, aviones
y algún laboratorio (…), móviles, cines, clones.

Pero aunque logre versos posmodernos
siguiendo los consejos de sabios
que hablan de poesía como hablar
de la historia, de mercados, teoremas
que establecen los pliegues en las cuerdas
del tiempo, no he logrado escribir
el poema perfecto, e incluso
cuando leo alguna línea aislada
de Wilde entre las sábanas, y todos
mis maestros (con diplomas de masters
y perfil de doctores) se divierten
en bares o en los pubs de internet,
yo lloro como dama sin remedio
y me jode el viejo de Quevedo,
y me arriesgo, en la cama, a que digan
los críticos en los post o en revistas:
“¡qué anticuado y qué griego se volvió
Dolan Mor leyendo a los antiguos!,
si hasta le creció un día, encima
de las cejas, (en lugar de la gorra
ladeada sobre un piercing) un ramo
de laurel…
Pero logró dos cosas: pasar
imperceptible delante de los hombres,
como dijo Epicuro, y escribir con la espalda
inclinada en la hoja
, sin cederle la mano
al influjo variable del tiempo y de las modas”.

2006. Inédito en libro.


Gabriel Trujillo Muñoz

Cielo sin nubes, de Yolanda Marroquín

Para Gabriel Trujillo Muñoz (México, 1958), la poesía es “friccionar palabras para arrancarles una chispa que encienda el fuego, que dé luz, que ofrezca conocimiento y calor a un tiempo”. Visual y reflexiva a la vez, su obra lírica destaca por su desencanto y lucidez.

CÁNTICO Y CLAMOR

Recomenzar: el poema
Es siempre un punto de partida
Escalón primero
Hacia otras constelaciones
Cántico y clamor:
Palabras que curan o golpean
Vendaval de imágenes
O luminosa arquitectura
Que avanza sin cesar por este mundo

Mandrágora, 1989.


Francisco Lazo Martí

Barquisimeto, de Rafael Monasterios

Francisco Lazo Martí (1869-1909) es el máximo exponente venezolano del nativismo criollo: la exaltación del campo, la contemplación del paisaje y el repudio de la ciudad son los temas principales de esta corriente literaria.

EL MUNDO ES EL GRAN CIRCO SIN SALIDA…

El mundo es el gran circo sin salida
donde la humana hueste se amaestra
para las grandes luchas de la vida.

Armados todos van a la palestra:
el crimen, de puñal; de escudo y lanza
el heroico valor; de hoz siniestra

la avaricia; de dardos la acechanza;
de sayal la traición y de careta;
de piedad la mujer; y de esperanza
los que sueñan: el niño y el poeta.

Crepusculares, XXV, 1895.


José Antonio Falconí Villagómez

Lironda 2, de Araceli Gilbert

José Antonio Falconí Villagómez (1895-1967) es uno de los poetas introductores de la renovación vanguardista en Ecuador. Su “Arte Poética (Nº 2)”, de 1921, es una especie de manifiesto dadaísta ecuatoriano. Su poesía posterior se inscribe, sin embargo, dentro del posmodernismo simbolista.

ARTE POÉTICA (Nº 2)

Como la rosa de los vientos sea tu musa
atenta al alisio del Norte
voltaica, dinámica, ultracósmica,
como al viento venido del Austro,
cuya brújula mire hacia un Polo
y al otro;
más allá de los límites cardinales,
de las latitudes remotas,
de los meridianos terrestres
y de los equinoccios.

Y tú, Poeta, sé la antena
que recoja las vibraciones del Cosmos
espectacular y polifónico
como el órgano de una Catedral.
Y canta todo lo que veas
sobre la tierra, digno y loable
de acuerdo con una personal estética,
pasando por la Venus rubia
y la hotentote calipgia…

Y sé también un poco enciclopédico
y otro poco cosmopolita,
para hablar el universal lenguaje
con todas las sirenas del Mundo
y olvídate de la Retórica
de la Academia y la señora Polilla
porque ya no hay gramáticos en el Orbe
y los últimos románticos
murieron en Flandes o en las Argonas
o en otro cualquier lugar de Europa,
luchando por esto o aquello
para que triunfe Artropos.
Así, pues, arroja tus dados al aire,
Poeta dadaísta,
sin que te importe el prójimo una higa
pues asistes a tu propio espectáculo
sin cobrar tarifa.
Y que rujan los Zoilos y Sanchos,
los “estupendos críticos”
que te miran con ojos oblicuos
y por toda respuesta, regálales,
de vez en cuando,
como miel hiblea
o una esencia sutil por gotas,
la palabra eficaz y oportuna,
talismánica y heroica
de Cambronne.

1921. El surtidor armónico, 1956.