Categoría: Literatura hispanoamericana

Evaristo Ribera Chevremont

Maternidad, de Augusto Marín

Evaristo Ribera Chevremont (Puerto Rico, 1896-1976) se sintió interesado por dos temas básicos: la infancia y la vocación de infinito. Su poesía está presidida por una clara voluntad de forma.

LA FORMA

Alcánzase el estado de ventura
cuando se cumple la elevada forma,
la cual ha de lucir, en su factura,
tal como el pensamiento que la informa.

Por ímpetus y llamas interiores,
se vuelve cuajo milagroso el brío
de los extracomunes cuidadores
del verbo, de inmancable poderío.

Y es por el pulcro y esencial secreto
de la creación suprema, que el vocablo
es, en silva, en romance o en soneto,
como el Niño divino en el establo.

En los blancos pañales de la rima
se envuelve el nuevo y virginal poema;
y la expresión, que en ritmos se arracima,
es flor y astro, manantial y gema.

Tonos y formas, 1940.


Julio Cortázar

Ilustración de Julio Silva para Silvalandia, libro con textos de Julio Cortázar

Uno de los más importantes renovadores del género narrativo, el argentino Julio Cortázar (1914-1984), cultivó también la poesía, insuflándole el mismo espíritu rebelde que a sus relatos.

LEY DEL POEMA

Amargo precio del poema,
las nueve sílabas del verso;
una de más o una de menos
lo alzan al aire o lo condenan.

Somos el ajedrez de un río,
el naipe siempre entre dos lumbres;
caen las caras y las cruces
a cada curva del camino.

Cae en el verso la palabra,
en el recuerdo llueve el llanto,
cae la noche, cae el pájaro,
todo es caída amortiguada.

¡Oh libertad de no ser libre,
golpe de dados que desata
la sigilosa telaraña
de encrucijadas y deslindes!

Como tu boca a la manzana,
como mis manos a tus senos,
irá la mariposa al fuego
para danzar su última danza.

Salvo el crepúsculo, póstumo, 1985.


Eduardo Milán

Retrato anónimo VII, de Álvaro Amengual

La poesía de Eduardo Milán (Uruguay, 1952) funde la conciencia del lenguaje con la conciencia social y política; el lenguaje literario, con la expresión local.

EL COMPROMISO DEL POETA ES ESCRIBIR UN VASO…

El compromiso del poeta es escribir un vaso
real, algo sublime que sirva para más
que vivir. Vivir no alcanzó nunca.
Pedir esencia, pedir médula, pedir hueso:
pedir endurecimiento de la arena, si la arena
ya es frágil, leve de pie, velo de pie,
es pedir roca caliza, sedimento. Para la sed
de ti desnuda como bajar al Precámbrico.
Algo terrible nos pasó y nos dimos cuenta:
el hueso que pedimos al poema era el mismo
hueso que el hueso de África
aunque quisiéramos roca.
Las arenas de África están llenas de poemas.

Alegrial, 1997.


Roberto Sosa

Los desposeídos, de Ezequiel Padilla

La del hondureño Roberto Sosa (1930-2011) es una poesía social, política y de protesta. Sin embargo, está libre de la retórica gracias a su inmediata apelación a la inteligencia del lector a través de la precisión de su diseño y la persuasión moral de su alegato.

ESTA LUZ QUE SUSCRIBO

Esto que escribo
nace
de mis viajes a las inmovilidades del pasado. De la seducción
que me causa la ondulación del fuego
igual
que a los primeros hombres que lo vieron y lo sometieron
a la mansedumbre de una lámpara. De la fuente
en donde la muerte encontró el secreto de su eterna juventud.
De conmoverme
por los cortísimos gritos decapitados
que emiten los animales endebles a medio morir.
Del amor consumado.
Desde la misma lástima, me viene.
Del hielo que circula por las oscuridades
que ciertas personas echan por la boca sobre mi nombre. Del centro
del escarnio y de la indignación. Desde la circunstancia
de mi gran compromiso, vive como es posible
esta luz que suscribo.

Un mundo para todos dividido, 1971.


Luis Rogelio Nogueras

Durmiendo, de David Rodríguez

La poesía de Luis Rogelio Nogueras (Cuba, 1945-1986) destaca por su fantasía, humor, ingenio y gracia. En sus versos, se borran los límites entre lo social y lo íntimo. La ironía y los continuos juegos de palabras hacen de su lectura una experiencia siempre amena.

ARTE POÉTICA

A Félix Guerra

Ahora sé
que el poema, antes de ser las líneas trazadas
con prisa,
es la conversación en el café,
la sonrisa azul de Blanca Luz,
la muerte de este hombre,
el apretón de manos o la vida entre dos.

Ahora sé
que trazar estas líneas
no es
sino la forma última de hacer la poesía,
el último acto del poema,
la función de trasplantar la vida a la hoja.

La poesía empieza en todas partes
y termina siempre en los papeles.

Cabeza de zanahoria, 1967.