
Evaristo Ribera Chevremont (Puerto Rico, 1896-1976) se sintió interesado por dos temas básicos: la infancia y la vocación de infinito. Su poesía está presidida por una clara voluntad de forma.
LA FORMA
Alcánzase el estado de ventura
cuando se cumple la elevada forma,
la cual ha de lucir, en su factura,
tal como el pensamiento que la informa.
Por ímpetus y llamas interiores,
se vuelve cuajo milagroso el brío
de los extracomunes cuidadores
del verbo, de inmancable poderío.
Y es por el pulcro y esencial secreto
de la creación suprema, que el vocablo
es, en silva, en romance o en soneto,
como el Niño divino en el establo.
En los blancos pañales de la rima
se envuelve el nuevo y virginal poema;
y la expresión, que en ritmos se arracima,
es flor y astro, manantial y gema.
Tonos y formas, 1940.



