Categoría: Literatura hispanoamericana

Concha Zardoya

Paisaje, de Manuel Colmeiro

La chileno-española Concha Zardoya (1914-2004) inició un tono propio en la poesía de posguerra española, basado en la poetización de las cosas sencillas, como forma de indagación en los problemas de la condición humana.

ES MI ÚNICA PATRIA LA PALABRA

Es mi única patria la palabra.
Esta palabra viva que derramo
azul y roja, gris, o negra y blanca,
ayer y hoy, mañana, tantos años.

Es mi única patria la palabra.
Es el único pan que como a diario.
¡Corteza dura masco, miga blanda,
dorado candeal que besa el labio!

La vierto por los ojos, por la cara.
Del hondo corazón le nace el llanto.
Las sílabas rezuman toda el alma,
el poso de silencios acuñados.

Y, flor, sustento, luz, piedad, el agua,
vivo, respiro, bebo, pronunciando
quedos versos y prosa castellana,
«buenos días» al aire tan callado.

Corral de vivos y muertos, 1965.


Antonio Tello

3x2, de Ricardo Cinalli

El argentino Antonio Tello (1945), narrador y poeta, es dueño de un lenguaje poético lleno de musicalidad y rigor, con el que reflexiona en torno a los mitos, el desarraigo, lo perecedero…

ODISEO

Escribo.
Anudo palabras para conjurar el olvido.
El mar. El olvido es el mar,
la líquida circunstancia del tiempo,
y la memoria, esa borra de luz que dejan los días,
acaso una isla. Ítaca, por ejemplo.

Navego a Ítaca.
Atado al mástil atravieso el laberinto
de voces que brillan y mudan de sentido.

Odiseo bajo las estrellas.
Extraño del mundo, su grito crece a la deriva:
¿Dónde está Ítaca?
¿Dónde está la tierra que me nombra?
¿Dónde esta la palabra que habito?

Escribo.
Con un hilo de voz coso
la trama que me sustenta:

Odiseo enamorado de las sirenas
y, sin embargo, sujeto
al índice al cual se anudan las palabras,
a su nombre, al tiempo,
tejido y destejido a la distancia.
En Ítaca… [escribo].

Sílabas de arena, 2004.


Arturo Dávila

El agitador, de Rocío Caballero

Arturo Dávila (México, 1958) aboga por desolemnizar la poesía y la imagen del poeta. En sus versos, llenos de ironía y sentido crítico, muestra un profundo conocimiento de los clásicos grecolatinos  y del barroco hispánico.

AMIGO LECTOR…

Amigo lector
amiga:

En este libro
(como en todos)
encontrarás
versos buenos, regulares y malos.

Los buenos
se deben a los dioses
que a veces nos los otorgan
para que seamos mejores;
los regulares
son como nosotros

–hijos del siglo que murió–
mediocres, grises, urbanos;
los malos
son culpa del poeta
y de nadie más.

Si el libro te gusta
recomiéndalo a otra persona
quien te lo agradecerá;
si no te gusta,
no lo destruyas
ni lo arrojes al basurero,
dáselo también
(como una excelente venganza)
a tu peor enemigo
(o enemiga)

así será muy siglo XXI:
ecológico
demótico
tolerante
político

y todos saldremos ganando:

los bosques
los tiraderos de basura
el escritor.

Poemas para ser leídos en el metro, 2003.


Teresa Calderón

América no invoco tu nombre en vano, de Gracia Barrios

Para Teresa Calderón (Chile, 1955), la “poesía es la historia de un pueblo contada desde dentro”. Continuadora de la antipoesía de Parra en lo referente a tono y recursos expresivos, su poesía introduce, sin embargo, un discurso que aboga por la abolición de un mundo separado entre hombres y mujeres, y en este sentido, su crítica de lo establecido es más positiva que la de Parra.

ESCRITURA

Escribo menos de lo que veo
y veo bastante menos de lo que hay.
Sin embargo sería suficiente
tomar un haz de palabras
y salir a errar
por la página en blanco
sin perder de vista
que el mundo es largo
pero nunca el único.

Causas perdidas, 1984.


Eduardo Mitre

Isla de agua, de Patricia Mariaca

Poeta epicúreo, devoto de Lucrecio y Whitman, Eduardo Mitre (Bolivia, 1943) posee una voz depurada y precisa con la que se complace en celebrar el mundo que le rodea.

TAREA

Contemplar las cosas
con los siete sentidos
–el lenguaje incluido
y la memoria.
Absorberlas,
lentamente,
como una esponja.

Y exprimirlas –escribirlas–
hasta dar el poema:
otra cosa y la misma.

Líneas de otoño, 1993.