Categoría: Literatura hispanoamericana

Pablo Neruda

Las amigas, de Hernán Larraín Peró

La vasta e influyente obra de Pablo Neruda (Chile, 1904-1973) abarca el posmodernismo neorromántico, la poesía surrealista, la poesía civil, el sencillismo… Lorca lo definió como un poeta “más cerca de la muerte que de la filosofía, más cerca del dolor que de la inteligencia, más cerca de la sangre que de la tinta”.

NO SÉ HACER EL CANTO DE LOS DÍAS…

No sé hacer el canto de los días
sin querer suelto el canto la alabanza de las noches
pasó el viento latigándome la espalda alegre saliendo de su huevo
descienden las estrellas a beber al océano
tuercen sus velas verdes grandes buques de brasa
para qué decir eso tan pequeño que escondes canta pequeño
los planetas dan vueltas como husos entusiastas giran
el corazón del mundo se repliega y se estira
con voluntad de columna y fría furia de plumas
oh los silencios campesinos claveteados de estrellas
recuerdo los ojos caían en ese pozo inverso
hacia donde ascendía la soledad de todos los ruidos espantados
el descuido de las bestias durmiendo sus duros lirios
preñé entonces la altura de mariposas negras mariposa medusa
aparecían estrépitos humedad nieblas
y vuelto a la pared escribí
oh noche huracán muerto resbala tu oscura lava
mis alegrías muerden tus tintas
mi alegre canto de hombre chupa tus duras mamas
mi corazón de hombre se trepa por tus alambres
exasperado contento mi corazón que danza
danza en los vientos que limpian tu color
bailador asombrado en las grandes mareas que hacen surgir el alba

Tentativa del hombre infinito, 1925.


José Watanabe

Mi casa es biológica, de Denise Mulanovich

La poesía de José Watanabe (Perú, 1946-2007) se caracteriza por una cierta mirada irónica del mundo cotidiano y la sabiduría con la que convierte cualquier anécdota en una parábola llena de significados.

DE LA POESÍA

El niño entró en la sombra de su árbol de extramuros
donde dejaba diariamente sus quehaceres de intestino.
Y si otro niño en árbol vecino se acuclillaba
y se aliviaba
brotaba entre ambos
la honrosa complicidad en la depuración
del buen animal.
Esta vez, sin embargo,
una visión suspende al niño, lo fija
con estupor
bajo su árbol:
En medio de una anterior limpieza
crecía
una incipiente y trémula plantita.
Y lo estremeció la imaginación del viaje
de la pequeña menestra
a lo largo de su cuerpo, su recorrido indemne,
incontaminado
y defendiendo
en su íntimo y delicado centro
el embrión vivo.
Y en la memoria del niño,
con difícil contento,
comenzó a elevarse para siempre
la planta mínima, tu principio, tu verde banderita,
poesía.

Historia natural, 1994.


Mario Trejo

Desocupado, de Ricardo Carpani

La poesía de Mario Trejo (Argentina, 1926-2012) pretende ser concisa y clásica, en el sentido de decir con la menor cantidad de palabras posibles. Es poesía comprometida, pero no partidista.

ULTIMÁTUM A UN JOVEN POETA

Que el pan sea pan y mar el mar
Basta de conjeturas
Murciélagos lunares o roedores de orquídeas
Toda palabra tiene precio
Las palabras que atacan como rayos o víboras
Y también madre
Amigo
Y alcohol y cama y mesa
Y el hijo concebido a dulces empujones
Y los hongos que provocan destellos de amor
O resplandores de muerte
Y el poeta que cae bajo las balas
Como un sol que la noche acribilla

Que el pan sea pan y mar el mar
el agua eterna
Pero la sed eterna
Para poder decir al fin:
He hallado un pan junto al mar
Los buitres sobrevolaban mi amor
He mordido una orquídea

Los buitres disputaban un cuerpo querido
He guiado camiones y dormido en aserraderos
Los buitres devoraban a mi amada
Viajé de noche sobre la arena caliente
Invoqué los nombres secretos
Conjuré un maleficio
Contuve una catástrofe
Conduje un águila a su nido
He muerto con mis muertos y estoy vivo
Cuando llegué a la ciudad
Un loco vagaba por las calles
En su mirada había un cuchillo
Le di mi mano
Lo miré
Le hablé y mi voz duró entre los astros
Éramos sólo dos sobre la tierra
Pero éramos dos sobre la tierra

La soledad se hizo añicos
La poesía palabras

El uso de la palabra, 1979.


Rosario Murillo

Óleo sobre tela 110 x 100 1993 Colección Banco Central de Nicaragua

La poesía de la nicaragüense Rosario Murillo (1951) canta el amor sensual y el compromiso político, desde una perspectiva rebelde, feminista y combativa.

NECESITO ARMAR EL CIELO CON MIS CANTOS

Necesito armar el cielo con mis cantos
asaltar los recuerdos
y hacerlos lluvia renovando el zacate.
Debo encontrar un nido para envolver el brillo de mis ojos
y un borbollón de agua clara
para lavar los cabellos y soltarlos al sol de la mañana
Voy a buscar un arco-iris perfecto
una canción que se ajuste a la locura del poema
un verbo que se haga carne
y un amor desconocido, infinito
que me deje como mago dominguero
alardeando de maravilla y misterio
Quiero un árbol con flores
una plaza con banderas y coros
una consigna concebida en el pueblo
y repetida hasta el eco
el rostro de Carlos Fonseca en el viento
un Sandino, un Rigoberto, un Rugama
quiero un amor con sujeto, predicado y fusil
un estribillo cercano
una oración colectiva, quiero al alba
estrenar estas manos, todavía nuevas y torpes
acercarme a la creación de este mundo
como sembrando flores, como regando cantos
sin asomos de vejestorio emplumado
sólo la cara al sol
con su montón de heridas
de mentiras
de tiempo.

En las espléndidas ciudades, 1985.


Enriqueta Arvelo Larriva

Mujer con mantilla, de Armando Reverón

La venezolana Enriqueta Arvelo Larriva (1886-1962) vivió alejada del mundillo literario, lo que le permitió crear una obra poética muy personal. Su poesía, sobria y emotiva, surge de la vivencia directa del mundo que la rodea.

DESTINO

Un oscuro impulso incendió mis bosques
¿Quién me dejó sobre las cenizas?

Andaba el viento sin encuentros.
Emergían ecos mudos no sembrados.

Partieron el cielo pájaros sin nidos.
El último polvo nubló la frontera.

Inquieta y sumisa, me quedé en mi voz.

Voz aislada, 1930-39.