
La venezolana Enriqueta Arvelo Larriva (1886-1962) vivió alejada del mundillo literario, lo que le permitió crear una obra poética muy personal. Su poesía, sobria y emotiva, surge de la vivencia directa del mundo que la rodea.
DESTINO
Un oscuro impulso incendió mis bosques
¿Quién me dejó sobre las cenizas?
Andaba el viento sin encuentros.
Emergían ecos mudos no sembrados.
Partieron el cielo pájaros sin nidos.
El último polvo nubló la frontera.
Inquieta y sumisa, me quedé en mi voz.
Voz aislada, 1930-39.



