Antonio Manilla (León, 1967) persigue en su poesía conjugar claridad y emoción. También, dar cuenta del paso del tiempo y trazar el mapa de sus sentimientos. Un lenguaje próximo al cotidiano y un tono intimista sustentan su poética.
POÉTICA ELEMENTAL
Sé que debe evitarse en el poema
la luna y el verano, los celajes cambiantes,
la playa de minutos infinitos
y las rosas fugaces, como el amor eternas
en el jardín cerrado del invierno.
También el oro viejo del ocaso,
también la plata sucia del recuerdo,
las aguas estantías del olvido
y el ruiseñor herido
en cuyo pecho cabe el universo.
Todas aquellas cosas que en silencio
nos hablan de nosotros sin decirnos
y nos dicen verdades –historia sólo hay una–
que siempre son iguales.
Sin recuerdos ni afanes, 1994.