El rapto de Europa, freso romano hallado en Pompeya

Las elegías amorosas de Sexto Propercio (h. 50 a. C.- h. 15 a. C.), dedicadas a Cintia, sorprenden por su elegante belleza y su melancólica ternura.

MIENTRAS TÚ, PÓNTICO, CANTAS LAS LUCHAS FATALES DE LA TEBAS…

Mientras tú, Póntico, cantas las luchas fatales de la Tebas
de Cadmo y la guerra fratricida y –¡ojalá me sintiera feliz así!–
rivalizas con Homero, príncipe de los poetas
(siempre que los hados sean propicios a tus versos),
yo, como acostumbro, me dedico a mi poesía de amor
y busco algo con que doblegar a mi altiva dueña;
y se me obliga a ser esclavo no tanto de mi inspiración como de
mi dolor y a lamentar los días penosos de mi juventud.

Así transcurre mi manera de vivir, así es mi renombre,
de esa forma deseo que se extienda la fama de mis versos.
Que de mí alaben tan sólo haber agradado a mi culta amada,
Póntico, y haber soportado a menudo injustas amenazas;
que después me lea asiduamente el amante desdeñado
y séale útil el conocimiento de mis desgracias.

Si a ti también este niño te hiriera con su arco certero
(y espero que nuestros dioses, ay, no lo deseen),
llorarás desgraciado cuando, lejos los campamentos, lejos
los siete ejércitos, sean sordos a tu llamada en eterno olvido;
y en vano desearás componer versos enternecedores
ni Amor, ya tardío, te inspirará poemas.

Entonces ya no me verás más como un poeta de estilo ligero,
entonces me antepondrás a los romanos dotados de vena poética;
y los jóvenes no podrán guardar silencio en mi sepulcro:
AQUÍ YACES, POETA GRANDE DE NUESTROS AMORES.
Tú no desprecies con tu orgullo mis poesías:
cuando Amor llega tarde, cobra un interés exorbitante.

Traducción de Antonio Ramírez de Verger.

DUM TIBI CADMEAE DICUNTUR, PONTICE, THEBAE…

Dum tibi Cadmeae dicuntur, Pontice, Thebae
armaque fraternae tristia militiae,
atque, ita sim felix, primo contendis Homero
(sint modo fata tuis mollia carminibus),
nos, ut consuemus, nostros agitamus amores,
atque aliquid duram quaerimus in dominam;
nec tantum ingenio quantum servire dolori
cogor et aetatis tempora dura queri.
hic mihi conteritur vitae modus, haec mea famast,
hinc cupio nomen carminis ire mei.
me laudent doctae solum placuisse puellae,
Pontice, et iniustas saepe tulisse minas;
me legat assidue post haec neglectus amator,
et prosint illi cognita nostra mala.
te quoque si certo puer hic concusserit arcu—
quo nollem nostros me violasse deos!—
longe castra tibi, longe miser agmina septem
flebis in aeterno surda iacere situ;
et frustra cupies mollem componere versum,
nec tibi subiciet carmina serus Amor.
tum me non humilem mirabere saepe poetam,
tunc ego Romanis praeferar ingeniis.
[nec poterunt iuvenes nostro reticere sepulcro
‘ardoris nostri magne poeta iaces.’]
tu cave nostra tuo contemnas carmina fastu:
saepe venit magno faenore tardus Amor.

Elegiae, I, 7.