Papudo, de Augusto Barcia

El chileno Armando Ulloa (1899-1928) cantó el amor, el paisaje, el paso del tiempo, con tierna melancolía, en versos sencillos, armoniosos y clásicos.

PARA ESCRIBIR MIS VERSOS DIÁFANOS Y SENCILLOS…

Para escribir mis versos diáfanos y sencillos,
dos cosas sólo pido, con la humildad de un ciego:
un rincón que perfumen rosa, menta y tomillo
y –¡oh musa inolvidable!– soledad y sosiego.

Quiero que en ellos quede todo lo que fue mío,
la vida que renace con el primer retoño,
el sol que cubre de oro las mieses del estío,
los frutos del invierno y el vino del otoño.

Que viva en sus estrofas todo lo que florece,
el corazón cansado que se rejuvenece,
los sueños de la infancia que marchitó la edad.

Los árboles cargados de frutos esplendentes,
los pájaros, las flores, los bosques, las vertientes
y el alma melancólica de mi vieja heredad.

Poemas de la tierra y otros poemas, 1931, póstumo.