México tiene en Héctor Carreto (1953) a uno de los mejores poetas epigramáticos de la actual poesía latinoamericana. Su obra poética, irónica e incisiva, se propone desacralizar los mitos de la sociedad contemporánea.
LA CIERVA
Soñé que el ciervo herido pedía perdón
al cazador frustrado.
Nemen Ibn el Barud
De pronto tú
recostada en un claro del bosque
manjar sereno
¿Intacto?
Tensé el arco
y disparé
sobre ti
rápidas palabras
red para cazar lo inasible.
Pero ninguna letra
fue salpicada por tu sangre:
entre un adjetivo y otro
saltaste
más veloz que la luz de la flecha.
Una vez más
mi palabra no alcanzó a la Poesía.
Ilesa
sobre la rama de un árbol
pero con lágrimas en los ojos
me suplicas:
«inténtalo de nuevo,
inténtalo de nuevo.»
Habitante de los parques públicos, 1992.