En la fuente, de Johann Georg Meyer von Bremen

La obra del alemán Heinrich Heine (1797-1856) comprende muy diversos géneros y registros. En el ámbito hispánico es conocido especialmente por su Libro de canciones (1827), obra juvenil en la que adopta las formas de la poesía popular para tratar, en un tono entre malicioso y sentimental, del amor infeliz.

LOS CASTRADOS

Pero los castrados se quejaron
cuando yo levanté mi voz;
se quejaron y dijeron
que mi canto era demasiado rudo.

Y dulcemente alzaron todos
las pequeñas vocecillas;
los pequeños trinos, como cristales,
tan delicados y finos sonaron.

Cantaban de ansias de amor,
de amor y efusión de amor;
las damas nadaban en lágrimas
con tan artístico goce.

El regreso, 1824. Traducción de Manuel Sacristán.

DIE KASTRATEN

Doch die Kastraten klagten,
Als ich meine Stimm‘ erhob;
Sie klagten und sie sagten:
Ich sänge viel zu grob.

Und lieblich erhoben sie alle
Die kleinen Stimmelein,
Die Trillerchen, wie Kristalle,
Sie klangen so fein und rein.

Sie sangen von Liebessehnen,
Von Liebe und Liebeserguss;
Die Damen schwammen in Tränen
Bei solchem Kunstgenuss.

Die Heimkehr, 1824.

INMÓVILES PERMANECEN…

Inmóviles permanecen
en lo alto las estrellas,
mirándose eternamente
con amor, dulzura y pena.

En una lengua ellas hablan
tan abundante, tan bella…
Aunque no hay ningún filólogo
que haya podido entenderla.

Pero yo sí la aprendí
y nunca voy a olvidarla.
Me ha servido de gramática
el rostro de mi adorada.

«Intermezzo lírico», VIII. Libro de canciones, 1827. Traducción de Francisco Díaz Solar.

ES STEHEN UNBEWEGLICH…

Es stehen unbeweglich
Die Sterne in der Höh,
Viel tausend Jahr, und schauen
Sich an mit Liebesweh.

Sie sprechen eine Sprache,
Die ist so reich, so schön;
Doch keiner der Philologen
Kann diese Sprache verstehn.

Ich aber hab sie gelernet,
Und ich vergesse sie nicht;
Mir diente als Grammatik
Der Herzallerliebsten Gesicht.

«Lyrisches Intermezzo», VIII. Buch der Lieder, 1827.