
La poesía de la sevillana María Sanz (Sevilla, 1956) se nutre de la emoción contemplativa y de la capacidad de la palabra para evocar sensaciones. Música y pintura, naturaleza y vida, se funden en sus poemas.
ALGUIEN QUE NO SOY YO
Alguien que no soy yo lleva la cuenta
de las horas felices, de las tardes
en que tuvo al amor como aliado,
de las noches libradas cuerpo a cuerpo.
Alguien que no soy yo sale de casa
y rompe sus cadenas, como aquellos
que, tras cumplir con su dolor, un día
cualquiera se fugaron de la muerte.
Ese alguien eleva
su corazón al cielo;
abarca el horizonte
y elige su destino,
aunque al final se interne
dentro de mí y escriba.
Paseo de los magnolios, 19956.



