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Linda Pastan

La sala de espera, de George Tooker

La estadounidense Linda Pastan (1932) explora a través de su poesía la complejidad que se oculta detrás de los hechos de la vida cotidiana: la vida familiar, la maternidad, las relaciones humanas.

VOCES

Juana oyó voces,
y por ello ardió.
Mientras conduzco en la oscuridad
escribo poemas.
Anoche pensando
en cómo espaciar los versos
me pasé una señal de stop.
Cuando me justifiqué
el policía asintió,
y me puso
una multa.
Un entendido me dijo
que los escritores tienen un plazo de quince años:
luego llega la repetición,
incluso la locura.
Como Midas, supongo que
todo lo que tocamos se convierte
en un poema
cuando el hechizo existe.
Pero piensa en el poeta después de ese plazo
tocando los árboles que
siempre ha tocado,
pero esta vez no ocurre nada.
Imagínatelo yendo de un tronco
a otro, magullándose
las manos con la áspera corteza.
Sólo quedan cinco años.
A veces entierro
mis poemas en el jardín,
reservándolos
para los fríos días venideros.
De todos modos
te quemas por ello.

Las cinco fases del dolor, 1975. Traducción de Rosa Lentini y Susan Schreibman.


Carmen González Huguet

Carrusel, de César Menéndez

La poesía de Carmen González Huguet (El Salvador, 1958) gira en torno a la memoria histórica, la identidad femenina, el goce y el dolor de amar… Su dominio de las formas tradicionales se manifiesta sobre todo en la perfección y rotundidad de sus sonetos.

¿POR QUÉ, PARA QUE LA OBRA SEA DIVINA…?

Según siente Celesti-
Libro, en mi opinión, divi-
Si encubriera más lo huma-.

Miguel de Cervantes

¿Por qué, para que la obra sea divina,
Tendría que encubrirnos más lo humano?
No rechaza al invierno ni al verano
La tierra, ni la flor a cada espina.

Con ancha libertad y disciplina
El arte forja su esplendor ufano
Y el fruto escancia su sabor lozano
A salvo de la envidia y de su inquina.

Tartufo, de tu hueste vengadora
Sálvanse el coño, el culo y cada teta,
Toda la fauna exótica y la flora

De la corte de Venus, la saeta
Feroz que no da tregua ni la implora
A criaturas vivas del planeta.

2006. Publicado en El invisible anillo, 2006.


Gerard Vergés

La loba, de José Luis Pascual

La poesía del tarraconense Gerard Vergés (1931-2014) gira en torno a tres ejes temáticos: el hombre, el paisaje y el tiempo. El tono elegíaco y la ironía son otras de sus constantes.

ARTE POÉTICA

A R. M., que me ha enviado sus versos

Si al escribir, amigo, eres tan vano
que piensas que la rima y la medida
esconden el secreto, cal y espinas
te esperarán en el trovar cerrado.

Palabra oscura y pensamiento vago
tu sepultura cavarán, sin duda.
El verso en sí no es literatura.
La retórica, amigo, es solo fango.

Sé cierto que más fácil que escribir
es dar consejos. Pese a los poetas
malos, bella es la luz que cruza abril.

Como Abraham, hay que tener coraje
y matar, sin piedad, a nuestros hijos.
Y salvar, de entre mil, sólo una imagen.

Lirio entre cardos, 1988. Traducción de Ramón García Mateos.


Laura Campmany

Fotografías de un diario, de Óscar Molina

En la poesía de Laura Campmany (Madrid, 1962) hay una lograda simbiosis entre literatura y vida, además de un notable dominio de la forma.

SONETO

En un soneto cabe cualquier cosa:
la tarde del revés, la golondrina
que asoló con sus alas mi oficina,
y el humo, convertido en mariposa.

Le cabe la certeza luminosa
del rayo que ni cesa ni fulmina.
Le cabe la soberbia gongorina
que urdió en la noche el nombre de la rosa.

Si abarcará universos literales,
campos, espigas, lunas, mares, montes,
que, por caber, le caben catedrales
y lirios que resumen horizontes.

¿Y dices que no cabe el amor nuestro?
Si me das un papel, te lo demuestro.

Del amor o del agua, 1993.


Manuel Rico

Sin título, de José Sanleón

Manuel Rico (Madrid, 1952) combina en sus versos memoria, melancolía, apelación a la historia e indagación en el lenguaje. Concibe el poema como un espacio donde amalgamar “palabra reveladora y conciencia crítica”.

PAPELES INCIERTOS

Jamás la certidumbre. Nunca
la posesión de lo absoluto.
Sí lo que abraza y reconstruye
tu frágil corazón con la materia
que forman las palabras, los apuntes,
las piezas de la vida
o de la muerte.

La tentación perenne que no evitas.
El tacto de la ropa acostumbrada
a tus vicios secretos.

La pasión de las horas entregadas
en bares derrotados y en bocas clandestinas.

La secreta función bajo la tinta
de esta pluma que adoras
por no ser sólo tuya, quién diría,
sino medio y cedazo
que recoge y que criba, selecciona
los datos, los temblores, las derrotas,
la luz difuminada de la tarde,
los aloja en el páramo
de esos folios vacíos, a la espera
de la letra y su luz,
del poder que los unge de un tizne diferente:
ser papeles inciertos, llanuras asequibles
a emociones difusas, a recuerdos y nubes,
a octubres memorables.

Papeles inciertos, 1990.