La poesía del pontevedrés José Cereijo (1957) se caracteriza por la expresión de inquietudes existenciales, el uso de una lengua poética precisa y natural y cierto clasicismo ético y formal.
EXEGI MONUMENTUM…
Me divierte la idea de imaginar la gloria
bajo la forma de una vieja estatua
en un rincón cualquiera (deyecciones
de infrecuentes palomas, y hasta quizá la inútil
sabiduría de algún erudito local,
más oscuro aún que yo, por único homenaje):
apreciable metáfora del modo
en que nos trata el tiempo,
reafirmando con ello su antigua, y merecida,
reputación de justo.
No me divierte menos sospechar que es probable
el que no exista nunca –salvo en este poema,
que adquiere así la condición de un corte
de mangas al olvido, vanidoso
y enteramente inútil, por supuesto.
Lamento únicamente
la imposibilidad de que me inviten
no a la inauguración, tan banal y aburrida,
sino al comienzo de su deterioro
o de su muy probable inexistencia:
a eso, en cambio, sí que asistiría
–como único invitado, desde luego,
y, aunque esté mal decirlo (ya lo sé),
no enteramente a salvo del orgullo.
Las trampas del tiempo, 1999.