
La obra poética de la cubana Dulce María Loynaz (1902-1997), una de las aportaciones fundamentales al intimismo posmodernista en Hispanoamérica, se caracteriza por la unión de lo sensorial y lo metafísico, el erotismo y la espiritualidad.
EN MIS VERSOS SOY LIBRE
En mi verso soy libre: él es mi mar.
Mi mar ancho y desnudo de horizontes…
En mis versos yo ando sobre el mar,
camino sobre olas desdobladas
de otras olas y de otras olas… Ando
en mi verso: respiro, vivo, crezco
en mi verso, y en él tienen mis pies
camino y mi camino rumbo y mis
manos qué sujetar y mi esperanza
qué esperar y mi vida su sentido.
Yo soy libre en mi verso y él es libre
como yo. Nos amamos. Nos tenemos.
Fuera de él soy pequeña y me arrodillo
ante la obra de mis manos, la
tierna arcilla amasada entre mis dedos…
Dentro de él, me levanto y soy yo misma.
Versos, 1938.



