El dramaturgo y poeta sevillano Juan de la Cueva (1543-1612) publicó en 1606 el Ejemplar poético, un tratado de preceptiva literaria en verso –lo componen tres extensas epístolas en tercetos encadenados–, que es la primera obra de esta naturaleza de nuestra literatura.
CUANTOS OIRÁN MIS LÁSTIMAS RIENDO…
Cuantos oirán mis lástimas riendo,
cuando más mi dolor les representen,
no dudo que en pláticas las cuenten
diferentes que yo las voy sintiendo.
Y sin considerar que estoy muriendo,
por devaneos míos las sustenten,
porque ajenas pasiones no se sienten,
si no es del que está en ellas padeciendo.
Al que sabe de amor las mías le ofrezco,
que el sabio puede mucho, aunque esté solo;
que no doy al vano vulgo mis querellas,
solo al que siente el mal que yo padezco.
Pues sola una centella, que da Apolo,
alumbra más que todas las estrellas.
Obras, 1582.