Autor: editor

Julián del Casal

Julián del Casal (Cuba, 1863-1893) destaca dentro del modernismo hispánico por su preferencia por los temas esteticistas y exóticos, la visión desencantada de la vida y una gran perfección plástica.

EL ARTE

Cuando la vida, como fardo inmenso,
pesa sobre el espíritu cansado
y ante el último Dios flota quemado
el postrer grano de fragante incienso;

cuando probamos, con afán intenso,
de todo amargo fruto envenenado
y el hastío, con rostro enmascarado,
nos sale al paso en el camino extenso;

el alma grande, solitaria y pura
que la mezquina realidad desdeña,
halla en el Arte dichas ignoradas,

como el alción, en fría noche oscura,
asilo busca en la musgosa peña
que inunda el mar azul de olas plateadas.

Hojas al viento, 1890.


Benjamín Prado

La poesía del madrileño Benjamín Prado (1961), forjada en el ambiente granadino de la otra sentimentalidad, se caracteriza por su brillantez ingeniosa, su carácter narrativo y el gusto por la enumeración culturalista. La reflexión metapoética, la denuncia ecológica y política, los homenajes a los poetas y los músicos queridos son constantes temáticas de su poesía.

ROTO

Solo, en medio de todo;
estar tan solo
como es posible,
mientras ellos vienen
muy despacio,
se agrupan,
ponen su campamento,
invaden,
talan,
hunden,
derriban las palabras
una a una,
se reparten mi vida,
poco a poco,
levantan su pared
golpe a golpe.

Después se van;
se marchan
lentamente,
pensando:
–Nunca podrás huir de todo lo que has perdido.

Tal vez tengan razón.
Tal vez es cierto.

Pero llega otro día,
el cielo quema
su cera azul encima de las casas;
yo regreso de todo lo que han roto,
busco entre lo que tiene
su propia luz,
encuentro
la mirada del hombre que ha soplado unas velas,
el limón que jamás es parte de la noche;
ato,
pongo de pie,
reúno los fragmentos,
me convierto en su suma.

Y todo vuelve
otra vez;
las palabras
llegan donde yo estoy;
son las palabras
perfectas,
las que tienen
mi propia forma,
ocupan cada hueco
y cierran cada herida.
Las palabras que valen para hacer estos versos
y sentarse a esperar que regresen los bárbaros.

Todos nosotros, 1998.


Rogelio Echavarría

Retrato de mi hijo Sergio, de Samuel Muñoz

Rogelio Echavarría (Colombia, 1926) es uno de los precursores de una vertiente de la poesía colombiana que incorpora la realidad cotidiana y la autobiografía al poema con un lenguaje coloquial.

LUGAR COMÚN

Ya que no todos podemos ser
poetas
comprender lo sublime
o exaltar lo sencillo
hablemos francamente
confesemos nuestro fracaso
de hombres sin alas
de hojas muertas en el estío
nuestros empeños ciegos
sin metáforas vanas
nuestra identificación con todos
o con casi todos
y si alguien nos entiende
y fecunda nuestra impotencia
eso también es poesía
o por lo menos una gota
en la sed del infierno
cotidiano.

El transeúnte, 1947-2003.


Rafael Pérez Estrada

Eurídice en el tártaro de los infiernos, de Pedro Guajardo

La poesía del malagueño Rafael Pérez Estrada (1934-2000) se caracteriza por la pasión por destruir el estereotipo, lo repetido, y la aspiración a acceder a mundos desconocidos del sueño y el deseo y sumergirnos en lo sorprendente y maravilloso.

POÉTICA

Escribir o levitar.
El poema es sólo el espejismo del poema que soñamos.
Hondo, al final de la llaga está el poema.

El levitador y su vértigo, 1999.


Armando Ulloa

Papudo, de Augusto Barcia

El chileno Armando Ulloa (1899-1928) cantó el amor, el paisaje, el paso del tiempo, con tierna melancolía, en versos sencillos, armoniosos y clásicos.

PARA ESCRIBIR MIS VERSOS DIÁFANOS Y SENCILLOS…

Para escribir mis versos diáfanos y sencillos,
dos cosas sólo pido, con la humildad de un ciego:
un rincón que perfumen rosa, menta y tomillo
y –¡oh musa inolvidable!– soledad y sosiego.

Quiero que en ellos quede todo lo que fue mío,
la vida que renace con el primer retoño,
el sol que cubre de oro las mieses del estío,
los frutos del invierno y el vino del otoño.

Que viva en sus estrofas todo lo que florece,
el corazón cansado que se rejuvenece,
los sueños de la infancia que marchitó la edad.

Los árboles cargados de frutos esplendentes,
los pájaros, las flores, los bosques, las vertientes
y el alma melancólica de mi vieja heredad.

Poemas de la tierra y otros poemas, 1931, póstumo.