Edel Morales

Babel, de Sándor González

La poesía del cubano Edel Morales (1961) se fundamenta en el peso de la memoria, el vínculo entre experiencia y escritura, y el amor al país, la mujer y la palabra.

EL DOBLE DOLOR

O poeta é um fingidor,
leí una tarde en Pessoa,
finge que es loa su loa,
dolor su mismo dolor.

Escribe siempre el clamor
intenso de lo vivido:
lo que quiso, lo perdido,
el doble dolor que siente

cuando finge un aparente
dolor que tanto ha sufrido.

Lejos de la corriente, 2002.


José Bergamín

Rosa en un vaso, de Luis Fernández

El clasicismo de los versos del madrileño José Bergamín (1897-1983) sorprende a menudo por el contraste con sus llamativos hallazgos expresivos. Cultivó con éxito el poema breve, epigramático, cercano al aforismo.

POETA, TU RAZÓN DE SER…

Poeta, tu razón de ser
no es ser de razón engendro;
Dios no inventó un diccionario
cuando creó el universo;
ni para nombrar las cosas
utilizó un alfabeto;
ni consultó la gramática
cuando empezó por el Verbo.

Duendecitos y coplas, 1963.


Noni Benegas

Juegos de manos, de Matilde Marín

La poesía de Noni Benegas (Argentina, 1947) es concisa y depurada; su elegancia implica un extremo distanciamiento del objeto. Sin renunciar a la ironía crítica o a la parábola iluminadora, sus versos exploran en el lenguaje, la música de las palabras, las voces del paisaje, para desvelar fragmentos de identidad.

INSCRIPCIÓN

No debería dejarse
al arbitrio de lo fugaz
la frágil sustancia
del poema

decidido
entre un borde peligroso
y su rescate.

Cartografía ardiente, 1995.


Juan Valera

En el tocador, de Ignacio Díaz Olano

El cordobés Juan Valera (1824-1905) cultivó con éxito la novela psicológica de intriga amorosa. Su esteticismo lo aleja del naturalismo de la época. Su poesía es, en palabras de Menéndez Pelayo, “reflexiva, erudita, sabia y llena de intenciones”.

MI LIRA

Quaeritis unde mihi toties scribantur unde meus veniat mollis in amore
ora liber non mihi Calliope, non haec mihi cantas Apollo, ingenium
nobis ipsa puella facit.

PROPERCIO

Las cuerdas de mi lira
despiden blancos sones,
de armónica dulzura
henchidas y de amores.
Mi garganta modula
ternísimas canciones
y el sonido del harpa
languidece de amores.
Los aromados céfiros
sus alillas veloces
no extienden tan suaves
sobre las gayas flores.
Ni tan dulces lamentan
con arrullos acordes
las palomas gemelas
que se mueren de amores.
Pero el genio sublime
no inspira mis canciones,
ni despliega sus alas
sobre mi frente pobre.
Sólo me inspiran, ¡Cintia!,
tus ojos seductores,
tus nudosos cabellos
más negros que la noche.
De tu voz melodiosa
los dúlcidos acordes
y de tu blando sueño
los inocentes goces.

Poesías, 1885.


Vladimír Holan

Mujer desnuda acostada, de Jaroslav ?erný

Vladimír Holan (1905-1980) es una de las máximas figuras de la poesía checa.  En sus versos, cargados de simbolismos, se perciben ecos de Mallarmé, Valéry o Góngora.

TE HA PREGUNTADO UNA JOVENCITA: ¿QUÉ ES LA POESÍA?…

Te ha preguntado una jovencita: ¿Qué es la poesía?
Le has querido decir: El hecho de que existes, sí, de que existes,
y que con miedo y asombro,
que son la prueba del milagro,
estoy dolorosamente celoso de la plenitud de tu belleza,
y que no te puedo besar ni puedo dormir contigo,
y que no tengo nada, y que el que nada tiene que ofrecer
debe cantar…

Pero no se lo has dicho, has guardado silencio,
y ella esta canción no la ha oído…

Avanzando, 1943-48; p. 1964. Traducción de Clara Janés.