Eduardo Lizalde

La obra poética de Eduardo Lizalde (México, 1929-2022), heredera de la poesía maldita (Baudelaire, Rimbaud, Artaud…), está recorrida por la figura del tigre, representación simbólica de los bajos instintos del ser humano.

PARA EL ODIO ESCRIBO…

Para el odio escribo.
Para destruirte, marco estos papeles.
Exprimo el agrio humor del odio
en esta tinta,
hago temblar la pluma.

En estas hojas,
que escupo hasta secarme, arrojo
todo el odio que tengo.
Y es inútil. Lo sé.
Sólo te digo una cosa:
si estas últimas líneas
fueran gotas,
serían de orines.

«Grande es el odio, 5», en El tigre en casa, 1970.


Claribel Alegría

Claribel Alegría (1924-2018), poeta salvadoreña, aunque nacida en Nicaragua, es una de las voces femeninas esenciales de la poesía centroamericana. Su poesía es expresión de la conciencia femenina y revolucionaria americanista.

MI CANTO

Mi canto como un árbol
tiene raíces hondas.
Ya no le basta el cuerpo.

Son de fuego sus ramas
y quiere florecer,
estallar en el aire.

Rompe mi carne, canto.
Qué importa si yo muero.
Escaparé a la angustia de saberme cárcel.
Y subiré en un tallo a escucharte.

Anillo de silencio, 1948.


Washington Benavides

Sin título, de Gonzalo Fonseca

La literatura contemporánea uruguaya tiene en Washington Benavides (1930) a uno de sus más destacados poetas. El carácter conversacional y popular de su poesía lo convierte en uno de los poetas más musicalizados de su país.

OÍDO EN UN TELÉFONO

El poeta es un apóstata,
inevitablemente. Está
marcado para la apostasía.
Su búsqueda incesante
le obligará a colgar
más de una fe en el perchero
(ni a César lo que es del César
ni a Dios lo que es de Dios)
Traspasará las puertas
de marfil o de cuerno
las del cofre-fort
las de la cabina telefónica
las de la cabina espacial.
Descifrará en el palimpsesto
de los días
otros días que igualmente
fueron o serán suyos.
Traducirá las páginas etruscas
de las muchas realidades.
El poeta es un apóstata.
No tiene otra salida. Está
obligado a descubrir
lo que le espera a la vuelta
de la esquina. Y esto no le
acarreará
ni seguridad ni prestigio.
El poeta es un apóstata.
Pelada la última capa de la cebolla
debe imaginar la cebolla
platónica
que en un plato -fuera de su alcance-
lo espera
para recomenzar el trabajo
de quitarle una a una sus pieles
y encontrarse con otra cebolla
reluciente
idéntica a un lucero.
El poeta es un apóstata.
Debe serlo. Para acompañar
a los que se atreven por el salón
de los pasos perdidos
a los que conversan con sus sombras
a los que alientan desde una cárcel
la liberación de los hombres.
Poesía
se llama
Apostasía.

Lección de exorcista, 1991.


Hjalmar Flax

Escultura de Gladys Nieves

La poesía de Hjalmar Flax (Puerto Rico, 1942), sobria, irónica, muchas veces irreverente, reflexiona sobre las trampas de la memoria, el erotismo y la creación poética.

POIESIS

Escribe el escritor y al escribir
desde la más profunda soledad
donde se empoza impuro el sedimento
del sueño y la vigilia que es su vida,
a ese rincón de olvidos, a ese sótano
secreto acude, escarba, yace, busca
consigo estar callado en su desorden,
entre sus trastos como un trasto más.
Entonces, quizá entonces, sólo a veces,
alguna oblicua luz que no le llega
de sol ni de bombilla, le relumbra
el papel sobre el cual junta sonidos,
cadencias de palabras, que no caen
desde el distante mundo sino desde
su propia sangre viva hasta su mano,
menguada ya la fuerza originaria,
dejando trazos que parecen versos.

Cuestión de oficio, 1998.


Eugenio Montale

El baño, de Fausto Pirandello

Para el italiano Eugenio Montale (1896-1981), la poesía es “una forma de conocimiento de un mundo oscuro que sentimos en torno de nosotros pero que en realidad tiene sus raíces en nosotros mismos”. Pesimismo filosófico y honda musicalidad se conjugan en sus versos.

LA POESÍA

1

La angustiosa cuestión
de si la inspiración se pergeña
en frío o en caliente no concierne
a la ciencia térmica.
El raptus no produce, el vacío no conduce,
no hay poesía en sorbete o a la leña.
Más bien parece cosa de palabras importunas
que tienen prisa de salir del horno
o del congelador. El hecho, en sí,
no es importante. Recién salidas miran
alrededor con aire de decirse:
¿qué estoy haciendo aquí?

2

Con horror
la poesía rechaza
las glosas de los escoliastas.
Pero no es cierto que la demasiado muda
se baste a sí misma
o al utilero que se ha tropezado
con ella sin saber
que él mismo era su autor.

Satura, 1962-1970. Traducción de Fabio Morábito.