Luz Méndez de la Vega

Ansia de vuelo, de Roberto González Goyri

La poesía de Luz Méndez de la Vega (Guatemala, 1919-2012) se caracteriza por el lenguaje recio, vigoroso, ajeno a las sensiblerías y a los juegos verbales. Desde una perspectiva rebelde, feminista y honesta, analiza las tradiciones y mitos y rechaza todo lo que hay en ellos de discriminatorio.

PRÓLOGO

Pronto fui expulsada
del coro de las voces claras,
cuando ya había
perdido el derecho
al canto del solo.

Colgué al hombro
mi voz
–agria y ronca–
como un arma,
y me fui
por los caminos
transitados por el grito.

De allí, también,
salí proscrita
por mi voz opaca
incapaz
de alturas y violencia.

Desde entonces,
camino por extravíos
con mi voz
muerta
atada al cuello;

e, inútilmente, trato
–muda para siempre–
de hablar, cantar
o gritar
con torpes gestos.

Eva sin Dios, 1979.


Alfonso Albalá

Cristo de la Buena Muerte, de Félix Rebello de Toro

La poesía del cacereño Alfonso Albalá (1924-1973) está presidida por el amor a la tierra y el sentimiento religioso. Formalmente, destaca por la armonía de su lenguaje y la maestría de sus sonetos.

ESTE VERSO QUE HUELLA MI GARGANTA…

Este verso que huella mi garganta,
esta voz que no es voz, esta voz muda,
larva de voz que mi garganta anuda,
¿por qué me hace llorar? ¿por qué no canta?

¿Por qué en mi corazón hoy no levanta
este verso su antena, y se denuda
de forma, y llena el pecho, y hace ruda
esta voz que a su paso se adelanta?

Este verso sin voz, ni prisionero,
como brisa sin viento en la alameda,
verso del corazón, su carcelero,

punzante aguja de dolor, vereda
que lleva hacia el Señor, desde mi otero,
¿por qué se apaga y a mis voces veda?

Sonetos de la sed y otros poemas, 1979 (póstumo).


Horacio Castillo

Piedra Lunar, de Ernesto Deira

El poeta Horacio Castillo (Argentina, 1934-2010), excelente traductor de poetas griegos antiguos y modernos, aspira, como éstos, a la armonía del lenguaje y a la recreación de mitos y anécdotas.

ARTE POÉTICA

Soltar la lengua, de manera que no trabe el producto
que viene desde adentro, impulsado
por una fuerza superior
y el hábil juego de riñón y diafragma;
insistir presionando los músculos
como para expulsar
un caballo o un cíclope;
repetir el procedimiento
provocándolo inclusive con los dedos
o una materia acre,
hasta quedar vacío, sólo reseca piel,
odre para colgar del primer árbol,
extenuada matriz de lo volátil, acaso de la luz.

Materia acre, 1974.


José Gutiérrez

Las Meninas y un servidor, de Eleazar

El granadino José Gutiérrez (1955) concibe el poema como la “plasmación artística, a través del lenguaje, de nuestros impulsos más verdaderos”. Rigor poético y autenticidad moral son los dos principios que se impone como creador.

POÉTICA

Un deseo de luz para las manos,
esta lira que suena en mi silencio,
cuchillada de sol entre los ojos,
alto vuelo de pájaros solemnes
sobre el dolor del mundo: denso olvido;
navaja cenicienta, la palabra,
es el arma que esgrimo.

Primeros poemas, 1976.


Fayad Jamis

Che, de Fayad Jamis

Dentro de la generación poética cubana del 50, destaca la voz de Fayad Jamis (México, 1930- Cuba, 1988), por su compromiso político humanista y por la unión de imágenes surrealistas y coloquialismo.

LA VIDA

¿Querías que el poema fuera solo
la sombra de la lila el recuerdo de la fuente
el día puro ahogándose en mi angustia?
¿Querías que el poema sólo hablara en voz baja
en medio de la tarde
cuando el sueño con olor a savia entra en los nidos
y tantas cosas vivas parecen estar muertas?
Pero ahora mientras tú me escuchas la primavera estalla
y mi poema no tiene lilas ni venas adormecidas
sino el cercano rumor de la realidad
Yo mismo me muevo y trabajo y remuevo
cosas viejas e inútiles y siento
cómo respiran mis hermanos de lucha
y mientras fumo nace este poema
y mientras crece mi poema
canta en mi patria la primavera
Querías que sólo hablara mi silencio
y ahora mis huesos gritan y mi voz no está sola
y te digo que la noche es hermosa en la ventana
y más hermosa en el sudor de los que luchan
en el taller o en la trinchera
en este instante en que una estrella de alas blancas
perfora la oscuridad del mundo
Pues aunque esperes que de mi poema
la sombra de una lila caiga en la tarde
sólo verás caer mi puño cerrado y en mis versos
florecerá con todos sus fuegos la vida.

Por esta libertad, 1962.