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Gabriela Mistral

Pincoy, de Camilo Mori

La poesía de Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957) se caracteriza por la expresión de su intimidad dolorida, el deseo de penetrar en los enigmas de la existencia y un lenguaje sencillo y autóctono.

DECÁLOGO DEL ARTISTA

I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre el Universo.

II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza.

III. No darás la belleza como cebo para los sentidos, sino como el natural alimento del alma.

IV. No te será pretexto para la lujuria ni para la vanidad, sino ejercicio divino.

V. No la buscarás en las ferias ni llevarás tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen, y la que está en las ferias no es Ella.

VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá purificado a ti el primero.

VII. Tu belleza se llamará también misericordia, y consolará el corazón de los hombres.

VIII. Darás tu obra como se da un hijo: restando sangre de tu corazón.

IX. No te será la belleza opio adormecedor, sino vino generoso que te encienda para la acción, pues si dejas de ser hombre o mujer, dejarás de ser artista.

X. De toda creación saldrás con vergüenza, porque fue inferior a tu sueño, e inferior a ese sueño maravilloso de Dios, que es la Naturaleza.

Desolación, 1922.


Gabriel Aresti

Éxodo, de Emilio Sánchez Cayuela

Gabriel Aresti (Bilbao, 1933-1975) es una de las primeras figuras de la poesía en euskera. Su papel fue decisivo en la introducción de la temática social y la reelaboración de la lengua popular en las letras vascas.

POESÍA

Dirán
que esto
no es
poesía,
pero
yo les diré
que la poesía
es
un martillo.

Piedra y pueblo, 1974. Traducción del autor.


José Ángel Valente

Noalla, de Xaime Quessada

El orensano José Ángel Valente (1929-2000) concibe la poesía como medio de conocimiento de la realidad. En su trayectoria, a la reflexión sobre lo histórico sucede la meditación sobre el sentido del ser.

NADA ESTÁ ESCRITO

Nada está escrito.
Ni un nombre. Lo cumplido
no es mío. Abierto
está mi ser a lo posible. Voy.
Y sin saber pregunto
adónde voy,
porque nada está escrito.
Ni un labio, ni la luz
que en su extensión reposa,
ni ese cuerpo fugaz
un instante entregado
al aire, más real,
que súbito lo crea.
Quedan las formas sólo,
vacías, lo vivido,
la memoria anegando
vanamente palabras.

Duro entre los mortales
oficios es el canto.

Porque yo he dicho amor
o primavera o muerte,
y no te he pronunciado,
única y mía,
mi palabra final
en mí desde el principio.

Amor o primavera
o muerte. El mundo empieza
aún. Tú estás en mí
futura, trémula,
no dicha, haciendo
luz posible mis labios
bajo este cielo abierto
donde nada está escrito.

Nada está escrito, 1952-1953.


José Emilio Pacheco

De la serie Zoología mental, de Rodolfo Nieto

La poesía del mexicano José Emilio Pacheco (1939-2014) es una reflexión, entre crítica e irónica, sobre la condición humana. El paso del tiempo, la historia y sus atrocidades, el mundo y sus desasosiegos, la magia que surge de lo cotidiano… son temas frecuentados por él.

ES HOGUERA EL POEMA…

Es hoguera el poema
y no perdura

Hoja al viento
tal vez
También tristísima
Inmóvil ya
desierta
hasta que el fuego
renazca en su interior

Cada poema
epitafio del fuego
cárcel
llama
hasta caer
en el silencio en llamas

Hoja al viento
tristísima
la hoguera

El reposo del fuego, 1963-64.


Francisco Matos Paoli

Dos figuras, de Julio Rosado del Valle

Francisco Matos Paoli (Puerto Rico, 1915-2000), poeta fecundo, de estirpe simbolista e idealista, canta por todos los hombres y todos los pueblos que luchan por la libertad.

MI VERSO

Mi verso es un misterio indefinible
un enigma sagrado e inmortal,
el ensueño de un amor imposible
el suspiro de un tímido cantar.

Es cual el ave que cruza impasible
por el cielo azul y el zafir del mar;
tras quimeras y sueños asequibles
y fantasías de un opiado soñar.

Envuelto en una niebla de dulzura
desgrano los cantares de mi verso
para el consuelo y ocio de mi ser.

Y sigo el sendero de mi ventura
esparciendo por todo el universo
las notas de mi verso rosicler.

Signario de lágrimas, 1931.