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Enrique Gracia Trinidad

Tabla de planchar, de José María Sicilia

El humor y la ironía son constantes en la poesía del madrileño Enrique Gracia Trinidad (1950). Poeta de lo cotidiano, considera que “la poesía no es para tratar temas elevados sino para elevar cualquier tema”.

CONTRA POÉTICAS ILUSAS

Un verso es siempre una aventura,
un juego peligroso
en el que acabas derrotado.
Crees terminarlo y, de repente,
no es tuyo, es algo ajeno, extraño, vivo,
pide otros versos para no estar solo
y parece que nunca se da por satisfecho.

Siempre tiempo, 1997.


Pablo Antonio Cuadra

Mercado Tiangue Precolombino, de Leoncio Sáenz

Fundador con José Coronel Urtecho del movimiento de vanguardia en Nicaragua, Pablo Antonio Cuadra (1912-2002) incorpora a la poesía nicaragüense la temática nacional, el lenguaje coloquial y la oralidad. También, las preocupaciones sociales desde una perspectiva humanista y cristiana.

ARS POETICA

Volver es necesario
a la fuente del canto:
encontrar la poesía de las cosas corrientes,
cantar para cualquiera
con el tono ordinario
que se usa en el amor,
que sonría entendida la Juana cocinera
o que llore abatida si es un verso de llanto
y que el canto no extrañe a la luz del comal;
que lo pueda en su trabajo decir el jornalero,
que lo cante el guitarrero
y luego lo repita el vaquero en el corral.
Debemos de cantar
como canta el gurrión al azahar:
encontrar la poesía de las cosas comunes,
la poesía del día, la del martes y del lunes,
la del jarro, la hamaca y el jicote,
el pipián, el chayote,
el trago y el jornal;
el nombre y el lugar que tienen las estrellas,
las diversas señales que pinta el horizonte,
las hierbas y las flores que crecen en el monte
y aquellas que soñamos si queremos soñar.
Decir lo que queremos.
Querer lo que decimos.
Cantemos
aquello que vivimos!

Canciones de pájaro y señora, 1929-31.


Bertolt Brecht

Leñador, de Franz Marc

La poesía de Bertolt Brecht (1898-1956) pretende, como su teatro, sacudir la conciencia del lector, y así, participar de la lucha por la emancipación social de la humanidad.

MALOS TIEMPOS PARA LA POESÍA

¡Vaya si lo sé! Sólo el feliz
está bien considerado. Su voz
se oye con gusto. Bonita es su cara.

El árbol contrahecho en la granja
es señal de suelo malo, pero
los transeúntes lo deniegan por contrahecho.
Por cierto: con razón.

Los brotes verdes y las velas alegres del Sund
no los veo. De todo,
lo único que veo son las redes rotas de los pescadores.

¿Por qué hablo sólo
de la labradora de cuarenta años que va encorvada?
Los pechos de las muchachas
dan calor como antaño.

En mi corazón una rima,
me parecería casi como una petulancia.

En mí se combaten la exaltación por un manzano en flor
y el terror a la palabrería del pintor de brocha gorda.
Pero sólo lo segundo me empuja a la mesa de escribir.

1938. Traducción de Hans Leopold Davi.


Jaime Siles

Gea en acción, de Aurora Valero

Para Jaime Siles (Valencia, 1951), el poema es “un modo nuevo de mirar el mundo a partir de una mezcla de percepción, sorpresa y extrañeza”. En sus primeros libros, Siles se deja seducir por la poesía pura, la poética del silencio, la metapoesía y el minimalismo. Posteriormente, evoluciona hacia una poesía más vitalista y de preocupaciones existenciales.

ÁNGULOS MUERTOS

I

Vivir al otro lado del poema
y no en la realidad, que es su reflejo.
Cruzar por esas calles
que están al otro lado de la vida.
Mirar sus parques y sus plazas
llenas de luz en las mañanas ebrias.
Sentir el movimiento de las hojas
dentro de un aire inmóvil, circular.
Ver el destello de las aguas
de un río que discurre sin principio ni fin.
Ignorar lo que sé,
pensar que ya no existo.

II

Vivir la vida del poema,
resbalar por su voz,
por su respiración,
por su saliva.
Sentir la tinta
llegar a su raíz originaria,
escuchar el sonido de sus velas,
oler el perfume de su vegetación,
sumergirse en sus sones,
sus latidos, sus algas,
saber lo que pasó,
lo que no pudo ser,
lo que no ha sido.
Pero saberlo como fue:
libre de los confusos pliegues
del lenguaje, de la cultura,
de las estatuas.
Libre de todo.
Libre, sobre todo, de mí.
Donde no existan
ni signos ni palabras.
Donde no exista nada.
Donde sólo la nada
sea el idioma de Dios.

III

En esa nada pura
donde vive el poema
estar como de tránsito,
de viaje, de fiesta, de visita.
Estar como de paso
como se está en el yo.
Vivir en el poema
el otro lado del poema.
Vivir la vida del poema
en el continuo tránsito del yo.

Himnos tardíos, 1999.


Roberto Juarroz

Nocturno, de Edgardo Giménez

Poesía vertical es el título general que el argentino Roberto Juarroz (1925-1995) dio a las sucesivas entregas de su obra poética, que se caracteriza por el esfuerzo de comprensión del mundo interior y de  la realidad exterior, aprovechando las posibilidades transgresoras de la palabra poética.

EL POEMA RESPIRA POR SUS MANOS…

El poema respira por sus manos,
que no toman las cosas: las respiran
como pulmones de palabras,
como carne verbal ronca de mundo.

Debajo de esas manos
todo adquiere la forma
de un nudoso dios vivo,
de un encuentro de dioses ya maduros.

Las manos del poema
reconquistan la antigua reciedumbre
de tocar a las cosas con las cosas.

Cuarta poesía vertical, 1969.